Aleix Prat: «El test HER2DX es el primer instrumento del mundo que permite optimizar y desescalar el tratamiento del cáncer de mama HER2 positivo»

El equipo del doctor Aleix Prat ha desarrollado el test HER2DX, que es el primer instrumento del mundo creado específicamente para mejorar el diagnóstico del cáncer de mama HER2 positivo.

Este test aplica una serie de algoritmos para poder predecir, a partir del análisis de 27 genes, cuál va a ser el comportamiento del tumor a 10 años vista. Gracias a eso, el personal médico puede ajustar mucho mejor el tipo y la dosis de medicación que recibirá la paciente.

En este sentido, Prat explica que las aplicaciones del test son muy variadas: por un lado, permite saber si un tumor que inicialmente se había identificado como de bajo riesgo puede desembocar en una metástatis, y actuar en consecuencia con antelación para evitar complicaciones posteriores. Igualmente, este test también permite disminuir y ajustar las dosis de quimioterapia según las necesidades de la paciente, sin afectar al buen resultado final del tratamiento. «Si el tipo de tumor lo permite, no es lo mismo recibir 3 meses de quimioterapia que 6, porque puede mejorar mucho la calidad de vida de la paciente», resalta el doctor.

Así, Aleix Prat, de la junta directiva de ASEICA, incide en que, hasta ahora, no había ninguna herramienta que permitiera este nivel de detalle en el diagnóstico de la paciente. «Hasta ahora, nos guiábamos por el tamaño del tumor, si había afectado a las glándulas de la axila, y poco más», detalla. De este modo, ha explicado que su equipo lleva más de 10 años trabajando en entender el tumor HER2 positivo, y 4 desarrollando este test pionero en el mundo de la investigación. Hablamos con el director del Instituto del Cáncer en el Hospital Clínic Barcelona, Jefe de grupo de genómica Traslacional en FRCB-IDIBAPS, profesor de medicina en la Universidad de Barcelona y co-Fundador de Reveal Genomics.

 

¿A quién va dirigido el test HER2DX para el cáncer de mama?

El test va orientado al 15-20% de pacientes con un nuevo diagnóstico de cáncer de mama. Una vez diagnosticado el cáncer, debemos tomar decisiones sobre cómo abordar ese tumor, y esto generalmente se hace dependiendo del tamaño del tumor o de si los ganglios de la axila están afectados.

Una vez analizados estos factores, se pueden tomar varios caminos: operar de entrada o aplicar fármacos durante 4 o 6 meses para reducir el tamaño del tumor antes de proceder a la cirugía. A día de hoy, la decisión sigue siendo compleja y, en caso de que optemos por la neoadyuvancia, también hay varias opciones de tratamiento.

 

En este contexto, ¿cuál es el proceso por el que puede pasar una paciente de cáncer de mama?

Por la evidencia que hemos ido acumulando a lo largo de los años, podemos decir que tendemos a dar mucha quimioterapia a las pacientes adheridas a la neoadyuvancia, además de dos fármacos contra la proteína HER2. Estos tratamientos son muy eficaces, pero también tienen sus toxicidades.

Cuando optamos por la neoadyuvancia, un objetivo muy importante es que no quede nada en el lugar del tumor después de la cirugía. Esto suele ser un factor de muy buen pronóstico, en comparación de si queda algo de tejido tumoral.

Entonces, dependiendo del resultado de la cirugía, damos un tratamiento más o menos intenso en los pasos posteriores.

 

¿Y qué es lo que aporta el test HER2 en este contexto?

Gracias a los estudios de los últimos 15 años, en los que mi grupo ha sido líder, hemos entendido mejor el cáncer de mama HER2 positivo. Antes pensábamos que era una entidad biológica única, y ahora sabemos que hay muchos tipos y apellidos.

Más recientemente, en los últimos 5 o 7 años, el debate principal ha sido, ¿a qué pacientes operamos de entrada? ¿A qué paciente podemos evitar darle uno de los anticuerpos antes de la operación? ¿Con qué pacientes podemos ser menos intensos a pesar de que haya quedado tejido tumoral después de la cirugía?

El tema del desescalado ha estado presente en todos los congresos y en todas las mesas, y eso es lo que aporta el nuevo test, porque hasta ahora no disponíamos de ningún instrumento que nos ayudara a identificar esto más allá del tamaño del tumor, los ganglios, y poco más.

En este contexto hemos diseñado el HER2DX, que es el primer test del mundo que nos ayuda a entender el tipo de cáncer HER2 que tiene la paciente.

El test nos da información muy relevante, y eso es un empoderamiento para la paciente, porque le da mucha más seguridad y confianza a la hora de afrontar el tratamiento.

 

¿Cómo funciona exactamente el test HER2DX?

El test mide una serie de variables biológicas del tumor, células tumorales y del sistema inmunológico. Concretamente, analiza 27 genes y, con eso y con la IA, hemos diseñado unos algoritmos que nos permite predecir el pronóstico de la paciente a 10 años. Es decir, podemos saber si el cáncer va a ser muy agresivo o no, y también nos permite predecir las posibilidades que alcanzar la eliminación total de las células tumorales.

Igualmente, también podemos calcular las posibilidades de bajar la intensidad de la quimio y eliminar las células tumorales.

 

¿Qué es lo que hace único a este test?

Es el primer instrumento del mundo que nos permite desescalar y optimizar el tratamiento para no ser tan intensos. Es decir, curar pero sin tener que pasar por tratamientos innecesarios durante los 6 meses. Nos permite saber si podemos reducir las quimios o si podemos operar de entrada y así evitar los 6 meses de medicación.

Ayuda en muchos aspectos y es un apoyo diagnóstico muy importante. Porque, por ejemplo, podemos ver que el tumor HER2 positivo es pequeñito y pensar que es un buen pronóstico. Pero luego, el test nos puede indicar lo contrario. Nos puede decir: cuidado, este tumor tiene ganar de hacer metástasis, y por lo tanto, hay que aplicar un tratamiento completo.

El test nos da información muy relevante, y eso es un empoderamiento para la paciente, porque le da mucha más seguridad y confianza a la hora de afrontar el tratamiento.

En definitiva, el test lo que permite es optimizar el tratamiento lo máximo posible, ya sea para evitar una metástasis en un tumor que al principio parecía de buen pronóstico, o para desescalar un tratamiento y aun así obtener éxito.

 

Más allá de las aplicaciones clínicas. A nivel personal, ¿qué podría estar ahorrando este test a la paciente?

Por ejemplo, pasar de 6 a 3 meses con una sola quimio, desde el punto de vista de la paciente, es ganar mucha calidad de vida. Las pacientes con solo 3 meses de quimio y un solo fármaco pueden mantener mucho mejor su rutina del día a día. Tienen menos problemas gastrointestinales, menos problemas de náuseas e, incluso a veces, con los gorros fríos, podemos evitar la alopecia, que es algo que a las pacientes les puede venir muy bien a nivel psicológico.

En cambio, el proceso con 6 meses puede ser mucho más duro: si tienen hijos, si se tienen que dejar el trabajo, también puede haber toxicidades a largo plazo, o problemas de corazón también a largo plazo… Que son pequeños porcentajes pero que, si podemos evitar, mucho mejor.

En definitiva, el test lo que permite es optimizar el tratamiento lo máximo posible, ya sea para evitar una metástasis en un tumor que al principio parecía de buen pronóstico, o para desescalar un tratamiento y aun así obtener éxito.

 

¿Cuál es el margen de acierto del test?

El test está enormemente validado y la comunidad médica ya lo reconoce como un elemento útil, con 4 o 5 años de pruebas en múltiples estudios tanto europeos como americanos. Esto nos ha demostrado que los algoritmos que hemos diseñado se comportan bien en todas las facetas, y eso nos ayuda a discriminar con mucha más eficacia si, por ejemplo, va a haber o no metástasis.

 

¿Cuánto tiempo ha llevado el desarrollo de esta herramienta?

La investigación traslacional de la enfermedad HER2 positiva nos ha llevado más de una década, pero la spin-off del test la creamos en septiembre de 2020. Luego tardamos 2 años en sacarlo al mercado, pero llevábamos mucho tiempo desarrollando las bases.

Ahora mismo el test está centralizado en Barcelona, en un solo laboratorio, pero estamos en la fase de crecer y llegar a todo el mundo. En cuanto a objetivos, el primer es crecer fuera de España. Y ahora, además, hemos empezado un estudio financiado por la Comisión Europea, que nos ha financiado con 8 millones de euros para realizar un estudio en 44 hospitales de 7 países, incluido España.

En este estudio participan 300 pacientes a los que se les va a hacer un estudio de calidad de vida, porque ahora sabemos que el test puede mejorarla mucho, pero queremos objetivar estos datos. Es un estudio muy importante y estamos muy contentos de que Europa lo haya considerado así.

 

¿Cuáles son las perspectivas de futuro?

Este test es oncología de precisión. Hoy en día es cierto que la parte terapéutica está yendo a una velocidad brutal, pero la parte diagnóstica está costando un poco más, en parque porque no hay un marco regulatorio tan claro como en el mundo farmacológico, y porque el nivel financiero tampoco es el mismo que el de la industria farmacológica.

Entonces, lo que nosotros estamos haciendo es revolucionar todo esto, porque los test también tienen valor, y es la forma de hacer oncología de previsión. Hay que regularlo, financiarlo, y conseguir que test de este tipo lleguen a otros tipos de cáncer y otros tumores. Y eso lo tienen que ver los pagadores.

Y yo creo que la iniciativa de CRIS-ASEICA va en la dirección de fomentar el perfil de los científicos clínicos, la cual yo solo puedo aplaudirla, porque esto es lo que debería hacer el sistema

 

¿Crees que en España reunimos las condiciones para poder tener una ola de innovación potente en los próximos años o todavía estamos muy lejos de llegar a eso?

Yo creo que reunimos ya muchos requisitos. Y con un buen apoyo, una buena legislación y soporte financiero, yo creo que ya podemos dar un impulso al ecosistema que ya tenemos entre una sanidad de alto nivel  una industria trabajando también. Todo eso ya existe y yo creo que debemos utilizarlo. Además, tenemos una sociedad muy integrada a la investigación que, en cuanto se la llama a participar en un ensayo clínico o cualquier cosa, nadie se niega. En nuestro caso, ninguna paciente se ha negado a participar en un estudio. Esto no pasa en otras culturas, que ponen en cuestionamiento cualquier detalle. Es otra forma de ver las cosas, y nosotros tenemos una comunidad y un ecosistema muy importante, solo le falta empuje.

 

Y precisamente, como investigador clínico, ¿qué te parecen iniciativas como la última ayuda CRIS-ASEICA para lanzar un programa de formación dual entre la residencia y el doctorado?

Creo que es una iniciativa que nos ayuda a fomentar el perfil de los clínicos científicos ya desde el inicio, y no esperar a que acaben la formación. Esto nos sirve para que, cuando se están formando como especialistas, como oncólogos, se den cuenta de que la investigación tiene valor, lo cual me parece fantástico. De hecho, esto se debería fomentar incluso antes, desde la facultad de Medicina, con estancias en las que la investigación también tenga un papel clave. Y yo creo que la iniciativa de CRIS-ASEICA va en esa dirección, la cual yo solo puedo aplaudirla, porque esto es lo que debería hacer el sistema: fomentar estos profesionales y reconocerlos, porque el problema es que el sistema público sanitario no reconoce a estos profesionales en general e incluso les penaliza, lo cuál no tiene sentido.