ASEICA alerta de que no se puede cambiar el sistema de formación continuada a sanitarios sin una alternativa realista

Los investigadores en cáncer se posicionan tras conocerse el dictamen de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados en materia de formación continuada, investigación independiente y actividades divulgativas en el contexto biosanitario

 

Madrid, 28 de julio de 2020.- La Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (ASEICA) ve “con buenos ojos” la implementación de programas de formación, investigación independiente y actividades de divulgación a través de financiación pública tal como recoge el artículo 42.7 del dictamen del grupo de Sanidad y Salud Pública de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados que se ha hecho público recientemente. “Esta falta de financiación pública ha sido, de hecho, un problema crónico de nuestro sistema, que lo ha llevado a depender de otro tipo de iniciativas promocionadas tanto por la industria como de organizaciones sin ánimo de lucro como la Asociación Española contra el Cáncer”, señala Xosé Bustelo, presidente de ASEICA.

Sin embargo, “ASEICA no cree en la dicotomía de financiación pública o privada para este tipo de iniciativas en el ámbito biosanitario. Ambas son compatibles, tal como acontece en todos los países de nuestro entorno. Lo raro no es que exista financiación privada, lo verdaderamente extraño es que no la haya también pública a través de entes estatales o autonómicos”, lamenta Xosé Bustelo.

ASEICA ha valorado así el dictamen del grupo de Sanidad y Salud Pública de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados y que plantea prohibir la financiación por parte de la industria de diversos aspectos de la vida biosanitaria como son la formación continuada que reciben los profesionales y asociaciones de pacientes en el contexto biosanitario, la investigación clínica independiente y actividades de divulgación en este campo. En concreto, el artículo 42.7 de este Dictamen, aunque no es vinculante, propone expresamente la prohibición de estas actividades, alejándose así de la práctica habitual en los países occidentales tanto dentro como fuera de la Unión Europea.

“No creemos en la dicotomía de financiación pública o privada para este tipo de iniciativas. Ambas son compatibles, tal como acontece en todos los países de nuestro entorno. Lo raro no es que haya financiación privada, lo verdaderamente extraño es que no la haya también pública”

Según indica ASEICA, esto no va en contra de que toda financiación que se reciba para este tipo de actividades, independientemente de que sea pública o privada, debe de ser utilizada con criterios de transparencia y ética profesional claros y bien establecidos. De hecho, muchos de estos criterios han sido ya establecidos desde hacer años por la mayoría de las sociedades científicas del ámbito biomédico.

En este sentido, el vicepresidente de la ASEICA, Luis Paz-Ares, indica que “el modelo que tenemos hoy en día seguramente es mejorable. Sí que abogamos porque se destinen más recursos públicos para la formación de los profesionales, y que el peso financiero y de gestión no recaiga casi en exclusiva en la industria farmacéutica, pero creemos que se deben que aprovechar las estrategias de sinergia que hay entre lo público y lo privado”.

ASEICA también considera un grave error el que se plantee un cambio radical del sistema actual sin que se tenga antes un plan de cómo se abordará el nuevo modelo propuesto. “Es evidente que la financiación pública es escasa. No es de recibo que se vaya a cambiar algo para lo que no hay alternativa realista y con presupuesto aprobado, ya que tendrá un impacto negativo en la investigación clínica, en el avance frente al cáncer y, en consecuencia, en la calidad de vida de los pacientes oncológicos”, lamenta Paz-Ares.