Fernando Calvo: «Investigar el cáncer me parece un problema científico fascinante y sumamente complejo que supone un desafío diario»

Hablamos con nuestro socio Fernando Calvo, investigador del Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria (IBBTEC), centro mixto de investigación entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Cantabria (UC) y el Gobierno de Cantabria, a través de Sodercan.

El Dr. Calvo ha obtenido una Consolidator Grant del Consejo Europeo de Investigación (ERC por sus siglas en inglés), dotada con 2 millones de euros, para su proyecto de investigación AntiCAFing.

 

 Cuéntanos brevemente tu trayectoria profesional y una frase con la que todos podamos entender el área de investigación en la que trabajas actualmente.

 Estudié Bioquímica en la Universidad del País Vasco y tras licenciarme realicé prácticas en AstraZeneca (Manchester, Reino Unido), donde entré en contacto con la investigación farmacéutica. A la vuelta a Santander, conocí a Piero Crespo que me invitó a realizar el doctorado en su laboratorio en la Universidad de Cantabria. En su grupo, investigué la regulación del oncogén Ras y su papel en la transformación maligna. Además, descubrimos cómo el activador de Ras, RasGRF, era capaz de modular la invasión tumoral a través de la regulación de la GTPasa Cdc42. Este estudio fomentó mi interés por el estudio de los mecanismos moleculares que regulan la metástasis, por lo que decidí unirme al grupo de Erik Sahai en el London Research Institute (ahora Crick Institute) en Londres (Reino Unido) para hacer mi postdoctorado. Mi plan inicial era aprender la técnica de microscopía multifotónica intravital para poder así monitorizar e investigar las células en el proceso de invasión y metástasis en animales vivos. Sin embargo, nada más aterrizar me interesé en proyectos centrados en el estudio del microambiente tumoral y de los fibroblastos asociados a cáncer. Empezando casi de cero, pude desarrollar un proyecto donde identificamos por primera vez cómo los estímulos físicos de los tumores (por ejemplo, dureza del tejido) son capaces de modular el comportamiento de los fibroblastos y promover la remodelación de la matriz extracelular, la angiogénesis y la invasión tumoral. Además, nuestro estudio identificó al regulador transcripcional YAP como un factor clave en la activación patológica de fibroblastos en tumores y delineó las bases moleculares de su regulación y función, contribuyendo al desarrollo del campo de la mecanotransducción en cáncer.

Nada más acabar mi estancia postdoctoral fui reclutado como Investigador Principal en el Institute of Cancer Research (Reino Unido), donde formé un grupo centrado en el estudio del papel de los fibroblastos en la remodelación del microambiente tumoral y en el desarrollo y diseminación tumoral. En 2018 obtuve un contrato Ramón y Cajal y volví a Santander al Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria (IBBTEC), donde en 2021 conseguí una plaza de Científico Titular del CSIC. Desde su creación, mi grupo de investigación se centra en el estudio pormenorizado de la contribución de los fibroblastos asociados a cáncer a distintos procesos tumorales y su relevancia clínica. En los últimos años nos hemos centrado en entender el posible papel que juegan los fibroblastos en la resistencia a terapias, a fin de informar el avance de nuevas estrategias diagnósticas y terapéuticas que beneficien a los pacientes, que es el objetivo principal del proyecto “antiCAFing” seleccionado por la ERC.

En los últimos años nos hemos centrado en entender el posible papel que juegan los fibroblastos en la resistencia a terapias, a fin de informar el avance de nuevas estrategias diagnósticas y terapéuticas que beneficien a los pacientes, que es el objetivo principal del proyecto “antiCAFing” seleccionado por la ERC

En resumen, nuestros esfuerzos actuales se centran en entender los procesos celulares y moleculares que modulan la generación de microambientes tumorales agresivos y su impacto en el desarrollo, diseminación y respuesta a terapias en tumores.

 ¿Cómo surge tu vocación por la investigación? ¿Y por qué en cáncer? ¿Te has inspirado en alguien para ser científico?

La verdad, no he sido consciente de un momento exacto donde surja una vocación clara o una decisión clave de querer ser investigador. En mi caso fue surgiendo poco a poco. Desde pequeño he sido muy curioso y observador y siempre me interesó mucho la ciencia, la naturaleza y la resolución de problemas. En el instituto me di cuenta que se me daba especialmente bien la biología y supuse que sería porque me interesaba mucho, de ahí que decidiese estudiar Biología (y luego por las mismas razones Bioquímica). Sin embargo, por entonces no entendía muy bien qué significaba ser científico, ni cómo era investigar. Ya durante la carrera sí que tomé decisiones para estar más expuesto a distintos escenarios y conocer mejor lo que supondría ser investigador. Primero hice una estancia de Erasmus en la Universidad de Aberdeen donde realicé muchos cursos prácticos de Biología Molecular y Zoología. A través de la universidad, gané acceso a una plaza de interno en AstraZeneca donde conocí la realidad de la investigación industrial. Fue entonces cuando decidí realizar un doctorado y ver el lado de la investigación académica, que me cautivó. Seguramente fue entonces cuando decidí ser científico, porque era el siguiente paso obvio. El grupo al que me uní investigaba cáncer, y me especialicé en cáncer sin haberlo planificado realmente. Desde entonces, ya sí decidí investigar en cáncer porque me parece un problema científico fascinante y sumamente complejo que supone un desafío diario, además de ser una enfermedad muy importante a múltiples niveles.

En términos de inspiración, no he tenido ninguna persona clave que me haya inspirado a ser científico. Pero sí que he tenido muchos modelos que me han inspirado a mejorar y han contribuido significativamente a cómo soy hoy día como investigador. Éstos han sido principalmente mis compañeros de trabajo o mentores, y me siento realmente afortunado de haber podido conocerles y aprender de ellos. Así, aparte de Piero Crespo, que me influenció ampliamente en la importancia del diseño experimental y en la optimización de herramientas, durante mi doctorado fue clave mi interacción con los miembros de su grupo (David Matallanas, Imanol Arozarena, Vicky Sanz-Moreno) que contribuyeron de manera clave a mi desarrollo técnico y analítico, y que me inculcaron una ética de trabajo que mantengo hoy en día. Igual de relevante fue mi interacción con Erik Sahai, del que aprendí muchísimo a todos los niveles durante mi postdoctorado, pero principalmente en la relevancia de la discusión científica, observación e integración de resultados, además de la valentía y astucia a la hora de afrontar un proyecto. Por último, quisiera también destacar a Chris Marshall, que apostó por mi como jefe de grupo en el ICR tras solo 3 años de postdoc, y que me instruyó en aspectos claves de la investigación como el pensamiento estratégico, el rigor y la claridad, así como en muchos otros aspectos fundamentales que necesitaría desarrollar como Jefe de Grupo.

 Recientemente te ha sido concedida una ERC. Solo un grupo selecto de científicos la han obtenido ¿Qué supone este reconocimiento?

Este reconocimiento tiene muchos niveles de satisfacción. Por un lado, supone que la investigación que planeas desarrollar en el futuro es muy relevante, lo cual implica una inyección de energía y una confirmación de que tu investigación probablemente se está desarrollando por el camino correcto. Personalmente, también supone un reconocimiento a mi trayectoria y a las decisiones que he ido tomando hasta ahora, tanto profesionales como científicas. Es también motivo de orgullo, sobre todo al ser capaz de conseguir esta ayuda desde un instituto relativamente pequeño como es el IBBTEC, y que espero pueda servir de trampolín para mejorar su desarrollo y el de la región. Hay que destacar también el nivel de tranquilidad que supone obtener esta ayuda, dada la precaria financiación actual en España, lo que me va a permitir dedicarle más tiempo a la investigación y a generar resultados y no tanto a la búsqueda continua de financiación. Obviamente, esta ayuda también supone en cierta forma una responsabilidad, ya que al fin y al cabo es dinero público que debe ser administrado de forma correcta para generar el máximo de conocimiento. Por nuestra parte, estamos ampliamente comprometidos a ofrecer el máximo.

Hay que destacar también el nivel de tranquilidad que supone obtener esta ayuda, dada la precaria financiación actual en España, lo que me va a permitir dedicarle más tiempo a la investigación y a generar resultados y no tanto a la búsqueda continua de financiación.

¿Cuál es la situación de los investigadores en España?  ¿Crees que la nueva Ley de la Ciencia mejorará en el futuro la Ciencia y la I+D+i en este país?

La situación de la ciencia en España no es la idónea, ni mucho menos. Al contrario, hay tantos aspectos que necesitan mejora que necesitaríamos todo un día para comentarlos en detalle. En mi opinión, el principal problema es la nula disposición a nivel gubernamental a ofrecer respuestas eficaces y consensuadas a las demandas que tenemos los científicos. Creo que es de vital importancia en estos momentos generar consenso en torno a una visión adecuada y ambiciosa para el desarrollo de la ciencia en nuestro país, y de dotar a la ciencia de los recursos (financieros, estructurales y jurídicos) adecuados para su aplicación. En mi opinión, esto solo será posible si se logra asignar (y bloquear) un presupuesto estable (y generoso) a la ciencia, que asegure la implantación de las medidas necesarias y el desarrollo científico. Si logramos eso, yo creo que se podrían ir resolviendo los distintos problemas que tiene la ciencia en la actualidad, y no depender tanto de vaivenes políticos y presupuestarios como en la actualidad.

En cuanto a la Ley de la Ciencia, yo soy bastante escéptico, la verdad. No se puede hacer una ley de la ciencia dejando de lado a los científicos. Como en todo, vamos dando bandazos sin ninguna visión y plan de futuro claros. Mi impresión es que muchos de los cambios e incrementos presupuestarios van asociados al plan de resiliencia de la UE y a saber qué pasa cuando se acabe, seguramente volvamos atrás. Además, muchos de los objetivos a medio y largo plazo son totalmente irrealistas y sin un plan definido. Si fuese una solicitud de financiación de un proyecto científico no pasaba ni el corte.

En cuanto a la Ley de la Ciencia, yo soy bastante escéptico, la verdad. No se puede hacer una ley de la ciencia dejando de lado a los científicos.

 ¿Valora suficientemente la sociedad la figura del investigador? ¿Crees que el paciente o sus familiares son conscientes de los esfuerzos que hacen cada día investigadores y oncólogos?

En mi opinión la sociedad valora muy positivamente cualquier avance científico que mejore su salud o su modo de vida. Esto es especialmente claro en el caso de los pacientes y sus familias que están más cercanos al médico y a las necesidades de investigación, ya que lo viven de primera mano. Como investigador, soy ampliamente consciente de su apoyo a la investigación, prestándose a participar en ensayos o a donar muestras que permitan conocer y tratar mejor la enfermedad. Por otro lado, echo en falta que la buena valoración de la sociedad en general se traduzca en un interés genuino en nuestro trabajo y condiciones laborales, y en un apoyo a nuestra labor. Además del aspecto histórico de falta de cultura científica inherente a España, hoy en día hay muchos problemas en nuestra sociedad que requieren atención y que pueden derivar en esa falta de apoyo o interés. Aunque hay que resaltar que creo que esta percepción está cambiando, y a muchos niveles están surgiendo grupos, asociaciones y actividades que están poniendo por fin en valor nuestro trabajo, organizando eventos para incrementar la visibilidad y destacar la importancia de la investigación para el desarrollo económico y social del país, además del apoyo a través de ayudas y premios. Ahora es importante que este interés creciente se traduzca en medidas eficaces y altamente necesarias que mejoren la situación de la ciencia en España. En ese sentido, es vital que los políticos y organizaciones gubernamentales tengan el valor y la voluntad de revertir la situación y, sobre todo, que escuchen a los científicos españoles para introducir los cambios más adecuados de manera coordinada y, sobre todo, estable. Para ello, es importante que estos cambios sean consensuados entre todos los agentes en un esfuerzo conjunto e independiente de ideologías y políticas particulares.

Destácanos un avance que te haya llamado la atención en el último año. Y un científico o equipo de investigadores.

Estamos viviendo una época increíble en cuanto a avances científicos que están mejorando considerablemente nuestro entendimiento del cuerpo humano y de la enfermedad. Por tanto, es un ejercicio muy complicado destacar un único trabajo. Dentro de mi ámbito, es importante destacar los avances en el papel que juegan células estructurales como pueden ser los fibroblastos en las respuestas inmunológicas específicas de cada tejido. Creo que estos avances van a permitirnos entender las respuestas diferenciales a inmunoterapia que presentan algunos pacientes que, al menos en teoría, deberían responder mejor. En ese sentido, me parece muy interesante un reciente estudio que, curiosamente, no está centrado en cáncer pero que puede tener implicaciones muy relevantes en el campo (Xu et al, Nature 2022, 601:118). En él se describe un grupo de fibroblastos de la piel que son responsables de la aparición del patrón de de-pigmentación en vitíligo, a través de la modulación específica de células T citotóxicas. El estudio describe que, según la localización anatómica, hay zonas en la piel que presentan un contenido más abundante de fibroblastos que responden a interferón-gamma, secretan citoquinas y promueven el reclutamiento de células T auto-reactivas que median la aparición de vitíligo. Este hallazgo sugiere la presencia de fibroblastos especializados capaces de potenciar o restringir la actividad inmunológica, que podría tener implicaciones en la respuesta diferencial a inmunoterapia en ciertos tejidos.

A nivel de investigadores que admiro, quisiera destacar principalmente a científicos españoles que están haciendo un trabajo increíble para el prestigio de la investigación en cáncer en España y, en muchos casos, en circunstancias menos ventajosas comparados con grupos extranjeros. Por ejemplo, gente de mi ámbito como Eduard Batlle, Salvador Aznar-Benitah, Arkaitz Carracedo, Manuel Valiente, Marisol Soengas y muchos otros.

 ¿Qué mensaje lanzarías a los jóvenes investigadores que quieren dedicarse al área oncológica?

El área de investigación oncológica puede llegar a ser muy gratificante, porque puedes ver día a día cómo los avances a distintos niveles (prevención, diagnóstico, terapia) van beneficiando a los pacientes y, aunque no hayas participado directamente, sin duda has aportado tu granito de arena a mejorar el entendimiento de la enfermedad. Dentro del área de investigación es importante reconocer los aspectos buenos de tu trabajo y disfrutarlos: la interacción con colegas, el continuo aprendizaje, el satisfacer tu curiosidad, resolver problemas, la flexibilidad… Además, algo de lo que no era plenamente consciente cuando empecé, es que la actividad investigadora no se restringe únicamente a realizar experimentos, sino que contempla también un amplio abanico de actividades complementarias que pueden ser muy atractivas para mentes inquietas. Hay un alto contenido de lectura, escritura, edición o incluso de expresión artística, invención, discusión, divulgación, etc. Obviamente, hay muchos aspectos aun por mejorar, sobre todo a nivel de oportunidades y de estabilización, así como la frustración cuando las cosas no salen como esperas. En ese aspecto, hay que tener muy presente la problemática actual: en muchos casos lo que impide el progreso profesional de los científicos es más la falta de oportunidades y de financiación, más que sus propias capacidades, y es algo que hay que entender pronto para evitar frustraciones. En ese sentido también es importante la resiliencia y entender que hoy en día existen muchas oportunidades fuera de la carrera puramente académica para la que también han sido formados. Hay muchas oportunidades en la industria, en la administración, en la divulgación, en la docencia que hasta hace poco eran más limitadas.

Es importante la resiliencia y entender que hoy en día existen muchas oportunidades fuera de la carrera puramente académica para la que también han sido formados. Hay muchas oportunidades en la industria, en la administración, en la divulgación, en la docencia que hasta hace poco eran más limitadas.

El principal consejo científico que le doy a los jóvenes investigadores es que sean observadores y curiosos, y que aprovechen cualquier oportunidad que se les presente al máximo, tanto a nivel formativo como a nivel científico. Luego también es importante ser resilientes, pero a la vez flexibles y sobre todo que tengan interés y motivación, porque en muchos casos es el rasgo diferencial, más que las habilidades técnicas.

 ¿Crees que resulta importante unirse a alguna asociación como ASEICA para reivindicar la mejora de la investigación? ¿Qué te aporta?

Unirse a una asociación de investigadores, y particularmente a ASEICA, ofrece muchas oportunidades formativas y profesionales interesantes. En mi experiencia, supone un foro donde conocer a investigadores de diferentes etapas profesionales y poder discutir con ellos tu investigación y tus experimentos, pero también tus preocupaciones, desafíos y decisiones. Además, es una sociedad que trata de aglutinar a todos los investigadores oncológicos, incluyendo no sólo los básicos sino también a los oncólogos y a las empresas asociadas. Hay que resaltar que ASEICA está poniendo mucho énfasis en la organización de actividades a todos los niveles, para estudiantes doctorales, postdocs y jóvenes IPs, con un gran foco en la formación. En ese sentido, se han desarrollado últimamente actividades de mentorazgo, grupos de interés y charlas enfocadas en distintos ámbitos de la investigación que son particularmente interesantes, sobre todo para aquellos investigadores que han retornado recientemente a España o investigadores de instituciones más pequeñas con poca masa crítica y que quizás tienen más dificultades para acceder a este tipo de información o encuentros. A esto se unen a actividades más ordinarias de divulgación científica como pueden ser conferencias o workshops. Además, últimamente ASEICA está muy involucrada a nivel reivindicativo, tanto a nivel de mejora de las condiciones de investigación como de visibilización de la mujer en la ciencia.

Por mi parte, he participado y me he beneficiado de estos eventos. Además, formo parte del equipo de trabajo ASEICA Joven, enfocado en el desarrollo de actividades específicas para investigadores en las primeras etapas de su carrera, y recientemente hemos empezado un programa de mentorazgo por pares (Peer Mentoring), donde un grupo de jóvenes IPs socios de ASEICA nos reunimos mensualmente para discutir entre nosotros aquellos aspectos que sean de interés para el grupo, principalmente enfocados a la dirección de un grupo de investigación emergente.

ASEICA está poniendo mucho énfasis en la organización de actividades a todos los niveles, para estudiantes doctorales, postdocs y jóvenes IPs, con un gran foco en la formación. En ese sentido, se han desarrollado últimamente actividades de mentorazgo, grupos de interés y charlas enfocadas en distintos ámbitos de la investigación que son particularmente interesantes, sobre todo para aquellos investigadores que han retornado recientemente a España o investigadores de instituciones más pequeñas con poca masa crítica y que quizás tienen más dificultades para acceder a este tipo de información o encuentros

 

Dentro de 10 años, ¿dónde crees que estaremos en la carrera frente al cáncer? ¿Cómo vivirá un paciente la enfermedad en la próxima década?

 A nivel general, soy muy optimista. Está claro que el cáncer seguirá siendo un problema de salud importante. Pero gracias a la investigación científica, se habrán conseguido avances para detectarlo antes y tratarlo mejor. Yo espero que en aquellos canceres que actualmente pueden ser tratados de forma efectiva, se mejore la tasa de supervivencia, se reduzcan los efectos secundarios y aumente el número de pacientes que se curan completamente. Sin embargo, hay otros tipos de cáncer, como puede ser el glioblastoma, el cáncer de páncreas, o la enfermedad metastática para los que desgraciadamente no existen terapias efectivas. Estos desafíos son mucho más difíciles, pero espero que en los próximos diez años los avances científicos hayan permitido detectar antes estos tipos de cáncer y que haya grupos de pacientes que respondan mejor a los tratamientos, pudiendo cronificar la enfermedad o incluso curarla. Espero también que se avance en el conocimiento de la enfermedad y que esto permita mejorar en la prevención o identificación de aquellas personas más susceptibles a desarrollar la enfermedad, especialmente en pacientes jóvenes, y que se puedan establecer estrategias para la detección temprana, que en muchos casos es clave en el éxito del tratamiento. Por mi parte, estoy plenamente comprometido en buscar soluciones y mejorar el tratamiento y calidad de vida de los pacientes con cáncer, y espero que mi investigación contribuya a estos avances tan necesarios.

Por último, muchas gracias por invitarme a realizar esta entrevista y por el trabajo que realiza ASEICA para dar a conocer la labor de los investigadores oncológicos en España.