Hablamos con María Muñoz Caffarel, responsable del Grupo de Cáncer de Mama en el Instituto de Investigación Sanitaria Biodonostia y coordinadora de ASEICA Joven.
María Caffarel es licenciada y doctora en Bioquímica y Biología Molecular por la Universidad Complutense de Madrid y, tras pasar más de 5 años investigando en la Universidad de Cambridge, se incorporó a Biodonostia como investigadora en 2015, gracias a un contrato Ikerbasque. Actualmente lidera el grupo de investigación de cáncer de mama en el centro de investigación de San Sebastián y también da clases de Master en la Universidad del País Vasco. Tiene dos hijas y le encanta divulgar lo apasionante que es la ciencia.
Cuéntanos brevemente tu trayectoria profesional y una frase con la que todos podamos entender el área de investigación en la que trabajas actualmente.
Realicé la tesis doctoral en Madrid en la Universidad Complutense, bajo la dirección de Cristina Sánchez y Manuel Guzmán, investigando el potencial terapéutico de los cannabinoides en el cáncer de mama. Tuve la suerte de “caer” en un laboratorio puntero donde se hacía muy buena investigación y donde aprendí muchísimo. Manuel y sobre todo Cristina, fueron (y aun lo son) unos mentores excelentes. Después de doctorarme me fui a Cambridge (UK) con mi pareja, también investigador, y allí trabajé en dos laboratorios diferentes en proyectos en cáncer de mama y de cérvix. Fueron unos años maravillosos en los que aprendí muchísimo de todo (no solo de ciencia) y en los que nacieron mis dos hijas. En el año 2015 volvimos toda la familia a España con dos contratos Ikerbasque Fellow (contratos tipo tenure-track del Gobierno Vasco) y así empecé mi línea de investigación independiente.
Actualmente co-dirijo el grupo de cáncer de mama en el Instituto de Investigación Sanitaria Biodonostia junto con la Dra. Isabel Álvarez, oncóloga médica. Nuestro equipo es multidisciplinar y está formado por investigadores básicos y profesionales clínicos del campo del cáncer de mama (oncólogos, patólogos y cirujanos), lo que nos permite hacer investigación de verdad traslacional. Una de nuestras principales líneas de investigación actuales se centra en dilucidar el papel que tiene la inflamación inducida por citoquinas en la promoción de la metástasis en cáncer de mama y las posibles implicaciones que esto podría tener para la inmunoterapia.
¿Cómo surge tu vocación por la investigación y el tratamiento a pacientes? ¿Y por qué finalmente en cáncer? ¿Te has inspirado en alguien para ser científica?
Creo que mi vocación investigadora despertó en los años de BUP y COU por dos profesoras excelentes que tuve de Química y de Biología. En aquellos años decidí que quería hacer investigación y soñaba con encontrar una vacuna para el SIDA, enfermedad que mataba a mucha gente en los años 90. Luego la vida me llevó por otros caminos y acabé haciendo la tesis en oncología. Entonces descubrí que la investigación en cáncer es apasionante. No sólo por las implicaciones sociales que tiene sino por el gran reto científico que es. Siempre pienso que el cáncer es muy listo y consigue a veces, de muchas maneras diferentes, “escaparse” de las terapias oncológicas y conseguir expandirse a otras partes del cuerpo. Y tratar de comprender estos mecanismos para ser más listos que el cáncer y diseñar terapias cada vez más efectivas, es apasionante! Además, mi padre murió de un cáncer de colon metastásico en 2016, por lo que tengo una relación “especial” con el cáncer, como muchas otras personas. Pienso en mi padre todas las mañanas al entrar en el laboratorio y eso me da mucha fuerza.
“Siempre pienso que el cáncer es muy listo y consigue a veces, de muchas maneras diferentes, “escaparse” de las terapias oncológicas y conseguir expandirse a otras partes del cuerpo. Y tratar de comprender estos mecanismos para ser más listos que el cáncer y diseñar terapias cada vez más efectivas, es apasionante!”
Como referentes científicos, tengo que destacar a mi madre. Ella no se dedica a la biomedicina pero es catedrática de universidad e investigadora en ciencias sociales y es una mujer excelente desde el punto de vista profesional y humano. Ella me demostró que “si se puede” ser investigadora y madre, por ejemplo. Leyó la tesis cuando yo tenía unos 7 u 8 años y ella dice que mi hermano y yo jugábamos a hacer la tesis, llevando papeles arriba y a bajo por los pasillos de casa.
También me inspiran día a día estupendas científicas como Guadalupe Sabio, mi mentora en el programa ASEICA4you.
¿Qué podrías destacar de tus ultimas investigaciones en cáncer de mama?
Como os he mencionado antes, estamos muy interesados en estudiar el papel de la inflamación por citoquinas en la promoción de la metástasis. Últimamente, hemos caracterizado una especie de “ménage à trois” en el microambiente tumoral, en el que los macrófagos y fibroblastos asociados a tumor (o CAFs) se comunican con las células tumorales e inducen malignidad a través de una citoquina llamada OSM.
“Últimamente, hemos caracterizado una especie de “ménage à trois” en el microambiente tumoral, en el que los macrófagos y fibroblastos asociados a tumor (o CAFs) se comunican con las células tumorales e inducen malignidad a través de una citoquina llamada OSM”.
¿Existe algún avance destacable en este tipo de tumor?
Afortunadamente, la investigación en cáncer de mama ha avanzado mucho en los últimos años y el arsenal de terapias dirigidas contra esta enfermedad ha aumentado mucho, incluyendo ahora los inhibidores de ciclinas para el cáncer de mama luminal o los anticuerpos anti PD-L1 para las pacientes metastásicas con tumores triple negativos. Creo que la investigación en los próximos años estará encaminada a estudiar por qué el cáncer de mama es relativamente resistente a la inmunoterapia y a diseñar estrategias para hacerlo más sensible a estas terapias, que han cambiado el paradigma en otros tipos de tumor.
«La investigación en los próximos años estará encaminada a estudiar por qué el cáncer de mama es relativamente resistente a la inmunoterapia y a diseñar estrategias para hacerlo más sensible a estas terapias, que han cambiado el paradigma en otros tipos de tumor»
Junto con Verónica Torrano y Toni Celià-Terrassa, coordinas ASEICA Joven. ¿Qué objetivos persigue este grupo de trabajo?
ASEICA Joven proporciona un lugar de encuentro y distintas herramientas para los investigadores y las investigadoras en cáncer que están en los inicios de su carrera profesional. Esto abarca desde la etapa de máster y tesis doctoral (en ASEICA Predoc), la etapa postdoctoral (ASEICA Postdoc) y los inicios como líderes independientes (ASEICA Early PI). Para mí, lo más valioso de ASEICA Joven es el espacio de cooperación, interacción y colaboración que hemos creado en estos grupos.
¿Qué actividades tiene por delante este grupo?
Tenemos muchas actividades por delante para el próximo año. Como novedades, destacaría un curso de liderazgo que hemos organizado para early PIs y un encuentro ASEICA Joven presencial que intentaremos hacer para primavera, aunque aún no os podemos dar muchos detalles. Aparte, seguiremos con las actividades que ya conocéis, como el programa de mentoring, la formación en mentorazgo y los seminarios “meet the expert” ASEICA4you que organizamos junto con ASEICA Mujer.
ASEICA se está caracterizando por reivindicar soluciones de urgencia para un sistema científico español que está en riesgo debido, entre otras causas, a un déficit de inversión pública en I+D+i. ¿Compartes esta visión? ¿Qué mejorarías de la carrera científica?
Si, la comparto totalmente. Creo que comenzaría por incrementar la dotación de los programas de atracción de talento y estabilización del mismo (tras una evaluación seria, por supuesto). Es una pena la cantidad de científicos que se van de nuestro país y no pueden volver. Además, dotaría a los laboratorios de financiación para personal para contratar figuras tan necesarias en investigación como el personal técnico o staff scientists, que son tan difícil de financiar con las convocatorias actuales.
“Que los jóvenes se animen a salir de su zona de confort y a investigar en otros laboratorios, en otras ciudades, en otros países, porque se aprende un montón y se abre mucho la mente”
¿Qué mensaje lanzarías a los jóvenes investigadores que quieren dedicarse al área oncológica?
Que si la investigación en cáncer les gusta, que se animen y lo intenten por todos los medios, sin darse por vencidos. Que no se rindan y que crean en ellos mismos, a pesar de las múltiples negativas y decepciones que encontrarán a lo largo de su carrera. Y que se animen a salir de su zona de confort y a investigar en otros laboratorios, en otras ciudades, en otros países, porque se aprende un montón y se abre mucho la mente.