Entrevistamos a María de la Fuente Freire, investigadora de ASEICA y responsable de la Unidad de Nano-Oncología del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS), Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela y CIBERONC.
¿En qué consisten los nanomedicamentos?
Al hablar de nanomedicamentos hablamos de nanotecnología, de la capacidad de manipular la materia a escala nanométrica y generar nanopartículas que, debido a su tamaño, tienen una serie de propiedades como capacidad para interaccionar con epitelios, atravesar barreras biológicas, y entrar en las células. Esto lo podemos explotar para liberar fármacos de una manera más eficaz. Es decir, los nanomedicamentos no dejan de ser nanopartículas que llevan asociado un medicamento y pueden favorecer su acumulación en su lugar de acción, en el caso del cáncer a las células tumorales, lo que nos permite aumentar la eficacia y disminuir la toxicidad. Además, la nanomedicina permite solventar limitaciones que algunos fármacos tienen, y que limitan su traslación a la clínica. Por ejemplo es posible asociar fármacos muy hidrofóbicos, para aumentar su solubilidad, y poderlos administrar en medios acuosos. Hay una oportunidad también para biomoléculas, como pueden ser terapias génicas, péptidos, proteínas… Son moléculas muy lábiles a las que es necesario proteger para evitar su degradación, grandes, hidrofílicas y con carga, por lo que tampoco pueden atravesar la membrana celular para acceder a su diana. Haciendo uso de nanopartículas podemos empaquetar estas biomoléculas y mejorar su liberación.
¿Cuáles son los tratamientos más punteros relacionados con la nanomedicina y los nanovehículos que tenemos en el mercado en este momento?
En la actualidad hay varios nanomedicamentos en el mercado para diferentes indicaciones, no solo en oncología, sino , por ejemplo también para el tratamiento de enfermedades infecciosas e inflamatorias, tratándose mayoritariamente de liposomas y conjugados poliméricos. Sin embargo el acceso de nanomedicamentos a la clínica es todavía muy inicial, y en la actualidad existen formulaciones en desarrollo con alto potencial. Creo que lo más interesante está por llegar, pues los fármacos de origen biotecnológico y biomoléculas se pueden beneficiar enormemente de uso de nanotecnología para solventar los problemas comentados en la pregunta anterior. En el campo de la oncología, el desarrollo de nanomedicamentos va a ser crucial para facilitar la traslación de todas estas nuevas entidades terapéuticas.
En el campo de la oncología, el desarrollo de nanomedicamentos va a ser crucial para facilitar la traslación de todas estas nuevas entidades terapéuticas.
¿Cómo es la generación de fármacos dirigidos a la célula tumoral hoy en día?
Las nanopartículas se pueden acumular en los tumores debido a su pequeño tamaño, que les permite salir de los vasos sanguíneos y difundir. Pero además buscamos un aumento de la especificad mediante el desarrollo de terapias dirigidas. Dado que las células tumorales presentan características diferenciales con respecto a las sanas, podemos explotar estas propiedades para favorecer un mayor acceso de los nanomedicamentos al tumor, por ejemplo decorando las nanopartículas con ligandos capaces de reconocer receptores específicos, desarrollando nanomedicamentos que liberen los fármacos en respuesta a estímulos, etc. Para avanzar en estos desarrollos es fundamental un abordaje multidisciplinar, en colaboración con oncólogos, biólogos moleculares, físicos, etc. Lo que debemos tener claro es que queremos hacer investigación traslacional, es decir, tratar de que la tecnología y los nanomedicamentos sean lo más sencillos posible en su composición para tener un producto que pueda ser trasladado a la clínica. A medida que aumenta la complejidad y tenemos sistemas más sofisticados también aumenta la dificultad para industrializar el proceso de preparación y poder trasladar esos fármacos a la clínica.
¿Cómo se trabaja con el origami de ADN para luchar contra el cáncer?
Aunque no trabajo directamente con esta tecnología, hasta lo que conozco, se trata de nanopartículas a base de moléculas de DNA, doblando las mismas para conseguir la forma deseada y que puedan funcionar tratamientos como transportadores de fármacos de forma selectiva a células tumorales. Es una de las muchas tecnologías que están destacando ahora en el campo de la nanomedicina, si bien la ventaja del ADN es que son moléculas que al final se van a degradar, fáciles de asimilar por el organismo y que se puede manipular de forma muy precisa para buscar las propiedades deseadas para que actúen como transportadores de las moléculas terapéuticas seleccionadas en cada caso.
María de la Fuente Freire, PhD
Nano-Oncology Unit
Translational Medical Oncology group (ONCOMET)
Health Research Institute of Santiago de Compostela (IDIS)
Clinical University Hospital (CHUS)