Entrevistamos a María Jesús Vicent, del Centro de Investigación Príncipe Felipe (Valencia). La investigadora fue ganadora de la Ayuda ASEICA de 30.000 euros para su trabajo Identificación de Nuevos Biomarcadores y Desarrollo de Conjugados Poliméricos de Combinación en Cáncer de Próstata Metastásico
Cuéntenos brevemente su trayectoria profesional, cómo surge su vocación por la investigación y una frase con la que todos podamos entender el área de investigación en la que trabaja actualmente.
Estudié Química orgánica y la tesis la hice en un campo muy distinto al que trabajo ahora: la hice en química de materiales y catálisis. En ese momento mi padre se puso enfermo de cáncer de próstata, murió muy joven. Entonces tuve muy claro que, aunque hice la tesis y me fue muy bien, quise cambiar y hacer algo más médico y biológico. Hice la tesis en la UJI de Castellón y durante ese tiempo todos los años me marchaba a EEUU con una beca a Berklee y allí empresa a derivar en la aplicación más biomédica. Mi profesor de Berklee fue quien me recomendó para hacer el postdoc ir a Inglaterra con Ruth Duncan, una profesora pionera en el campo de polímeros terapéuticos, que es en lo que trabajo ahora. Allí pude aplicar todo lo que había aprendido de materiales y química a aplicaciones más médicas. Entonces solicité una beca postdoctoral Marie Curie y en el proceso de que me concedieran esa beca para ir a Cardiff estuve 10 meses en una empresa en Madrid para desarrollar un proyecto de colaboración entre la misma y Ruth Duncan, que fue mi proyecto de entrada a su laboratorio. Con la Marie Curie me fui a Cardiff, estuve allí más de dos años y medio y trabajé en polímeros terapéuticos anti cáncer, en mama y próstata. Al acabar, en 2004, vine a lo que es el actual CIPF y en 2006 me promocionaron a Jefe de Grupo. En 2007 me dieron la Cajal y ahora en el laboratorio continuamos 20 personas.
Trabajamos mucho en cáncer, aunque aquí en el laboratorio tenemos otra línea en regenerativa, pero en la parte de cáncer nos hemos centrado en tumores metastásicos, en tumores avanzados, que es realmente para lo que nuestras aplicaciones pueden hacer un cambio significativo. Esta es nuestra principal área.
ASEICA se está caracterizando por reivindicar soluciones de urgencia para un sistema científico español que está en riesgo debido, entre otras causas, a un déficit de inversión pública en I+D+i. ¿Comparte esta visión? ¿Qué mejoraría de la carrera científica?
Comparto esta visión totalmente porque inversión en ciencia es inversión en nuestro futuro y esto los políticos no lo entienden. Estoy en comisiones de evaluación en el Ministerio y cada año aunque parece que hay más dinero, no lo hay y es muy triste que proyectos buenos se queden sin financiación. Debería haber una inversión más significativa de la que hay, como en otros países para asegurarnos un futuro. A nivel de carrera científica hay un problema muy gordo de estabilización del personal. No puede estar toda la vida una persona como postdoc. Debería haber algún sistema de regulación para poder estabilizar a la gente, no solamente como profesora titular o profesora de universidad sino también en centros de investigación u hospitales, con un programa más robusto de estabilización de científicos relevantes en los laboratorios de investigación, porque es un problema para mucha gente. No todo el mundo puede ser jefe de grupo, son más que necesarias personas de apoyo, sobre todo cuando tienes grupos grandes, en los que delegas y son muy importantes. Esa estabilización de ‘segundo de abordo’ y personal técnico es muy complicado de conseguir en el sistema español.
¿Valora suficientemente la sociedad la figura del investigador? ¿Cree que el paciente o sus familiares son conscientes de los esfuerzos que se hacen cada día investigadores y oncólogos?
La sociedad sabe perfectamente que la investigación es importante, muchas veces lo sabe mejor que nuestros políticos. Nosotros hacemos cosas sobre el alzheimer y recibimos donaciones de una asociación de jubilados de La Pobla Llarga (Valencia). Esta asociación da al laboratorio sus ahorros de cada año, es decir, sólo el hecho de este gesto te dan muchas ganas para seguir. La sociedad sí sabe lo importante que es, a lo mejor no es consciente de la cantidad de inversión que es necesaria para sacar un medicamento, por ejemplo, pero sí lo es de que hay que investigar para que el paciente consiga un tratamiento adecuado y encontrar solución, tanto a nivel de ciencia básica como a nivel oncológico.
La figura el investigador se valora pero menos que en otros sitios. Aquí en España, si vemos los sueldos, no hay una diferencia significativa de un doctor o un posdoc con un personal técnico, por ejemplo, y no debería ser así. El trabajo técnico es súper importante pero se tendría que valorar más esa parte donde podemos desarrollar nuevas estrategias de futuro para la aplicación clínica.
Destáquenos un avance que le haya llamado la atención en el último año. Y un científico o equipo de investigadores.
En los últimos dos años ha habido grandes avances en cáncer con la inmunoterapia o CAR-T. Todavía no entendemos realmente cómo funciona el sistema inmune pero los resultados en clínico para algunos tipos de tumores que responden a estos tratamiento, aunque sea un porcentaje pequeño de pacientes los que responden, son avances muy significativos. También la microbiota es muy importante, la biopsia líquida o la medicina personalizada, deberíamos ahondar más, de forma práctica, no podemos ir uno a uno muchas veces pero si entender qué tipo de personalización hay que dar al tratamiento para que el paciente responda. Estamos ahora en una fase exponencial en todos estos tratamientos. Nosotros en el laboratorio estamos implicados en inmunoterapia y medicina personalizada y cada día salen cosas nuevas. Hay muchos investigadores en tópicos muy diferentes, no te podría mencionar sólo a uno, hay muchos trabajando a gran nivel.
¿Qué mensaje lanzaría a los jóvenes investigadores que quieren dedicarse al área oncológica?
Ánimo a todos ellos, hacen falta muchas mentes pensantes y muchas manos. Hemos avanzado muchísimo, sobre todo en el área de diagnóstico, pero hace falta mucho más, sobre todo en pacientes con tumores avanzados metastásicos. Cuando hay metástasis todavía no hay tratamiento eficaz. Aquellos controlados y diagnosticados a tiempo muchos de ellos se curan, y al final tenemos que llegar a que el cáncer se cronifique, como el sida. Para llegar ahí necesitamos muchas cabezas pensantes. Animo a todo el talento joven para que trabajen en este campo.
Dentro de 10 años, ¿dónde cree que estaremos en la carrera frente al cáncer?
Espero que, aunque no en todos los cánceres, en muchos tumores podremos llegar a una cronificación. En diez años, con los avances en inmunoterapia, medicina personalizada, microbiota, podemos llegar a “no matar moscas a cañonazos” como se hacía hace años, dar tratamientos más efectivos siendo menos tóxicos y que el paciente tenga una calidad de vida mucho mayor, llegando a cronificar la enfermedad. Esto espero verlo.
María Jesús Vicent
Centro de Investigación Príncipe Felipe (Valencia)
Head of the Polymer Therapeutics Lab