Esta semana la Agencia Estatal de Investigación (AEI) ha hecho público el calendario previsto para la convocatoria y resolución de sus ayudas (proyectos, programas de personal, etc.) a lo largo de los próximos años. Tras un análisis del mismo, me gustaría hacer las siguientes consideraciones:
Por un lado, creo que es positivo que se ponga negro sobre blanco la agenda de convocatorias por parte de la AEI. No es algo enteramente novedoso (ya las hubo antes tanto de forma implícita como explícita) pero, al menos, es una medida que podría dar cierta estabilidad y capacidad de planificación a los grupos de investigación españoles de ser implantada. Pese a ello, creo que existen varios problemas que disminuyen este entusiasmo inicial. Indico abajo alguna de ellas:
(1) Mientras no se establezca un plan plurianual de financiación para la AEI, creo que esta agenda puede acabar en papel mojado al depender, como ha sido hasta ahora, de múltiples factores extrínsecos a la propia AEI (si hay presupuestos, voluntad política de los ministerios responsables, etc.). En este sentido, conviene recalcar que siempre ha existido un calendario. El problema es que este no se pudo implementar a lo largo de los últimos años por los problemas antedichos.
(2) Incluso de mantenerse, es preocupante la aseveración por parte de la propia AEI de que no se excluyen “pequeños cambios” en el calendario. Aparte del concepto subjetivo de “pequeño” (que puede ser bastante diferente para un burócrata que para un científico), entiendo que este tipo de retrasos son más propios de una república bananera que de una Agencia de un país avanzado. Hágase una planificación adecuada para que eso no pase y, si no están listos, aplácense los cambios con el fin de que no se retrase el calendario.
(3) La AEI reconoce que puede haber también retrasos por “causa mayor” (tramitaciones presupuestarias, etc.). Traducido al lenguaje de los menos avispados: “business as usual”. Seguiremos teniendo que consultar a augures para ver cuándo y cómo salen las convocatorias de ayudas.
(4) Creo que hay un gran problema asociado al propio calendario que la AEI ha propuesto para las convocatorias de proyectos de los años 2019 y 2020. De no ser un error involuntario en el comunicado de la AEI, del análisis de dicho calendario se colige que los grupos que soliciten proyectos durante dichas convocatorias perderán la financiación del periodo comprendido entre la finalización del proyecto anterior (31 de diciembre) y el nuevo (junio o septiembre). De no corregirse este problema, los grupos perderán el equivalente a 6-8 meses de financiación dependiendo del año de la convocatoria. Era ya lo que faltaba para dar la puntilla a la competitividad y viabilidad de los grupos de investigación españoles. Esperemos que haya sido un error involuntario porque, de no ser así, creo que deberíamos tomar medidas reivindicativas desde ASEICA para alertar sobre ello a la sociedad y, desde luego, para intentar solventar esta nueva losa que caerá otra vez sobre los investigadores españoles.
(5) Seguimos con plazos de evaluación muy prolongados que, sobre todo en el caso de las ayudas de personal científico en formación y de investigadores júnior, son muy negativas.
(6) Se argumenta que el cambio de calendario aumentará la sincronía con programas europeos. ¿Es realmente eso positivo? Por ejemplo, ¿es lógico que la convocatoria de proyectos nacionales salga justo un mes después de que haya finalizado el plazo de solicitud de proyectos ERC-Advanced?
Por todo lo anterior, considero que este anuncio de la AEI es un catálogo de buenas intenciones (ya los tuvimos antes) cuya implementación dependerá, como lamentablemente ha pasado hasta ahora, de factores políticos y administrativos completamente externos a la AEI.
En mi opinión, se echa en falta la toma en consideración de soluciones que permitiesen eliminar o, cuando menos aminorar, los problemas tradicionalmente asociados a la ejecución de los proyectos de investigación. Entre estas se encuentran:
(a) La obtención de una financiación plurianual de la Agencia que permita la implementación de un calendario creíble de convocatorias. Esta es una medida ampliamente reivindicada por la comunidad científica y que, de forma explícita, fue recogida en nuestro Manifiesto por la Ciencia.
(b) Mientras que el anterior punto no se consiga, creo que se deberían implementar medidas conducentes a evitar que los grupos de investigación sean siempre los paganos de los desfases en las convocatorias. Una medida de calado, por ejemplo, sería que se diese un presupuesto extra a los proyectos cuya renovación se haya retrasado por culpa de la tardanza en la resolución de los proyectos por parte de la AGI. Dentro de este punto, por supuesto, está la asunción de medidas directamente dirigidas a evitar la pérdida de financiación de los grupos que opten a las convocatorias de proyectos de los años 2019 y 2020 debido al cambio del calendario de convocatorias que piensa realizar la AEI (ver punto 4 más arriba).
(c) Aunque los problemas de calendario afectan seriamente a la estabilidad de los grupos, son solo una parte del problema. La gran espada de Damocles que pende sobre todos nosotros es otra bastante más grave: la falta de un presupuesto adecuado que permita financiar de forma realista el coste de los proyectos de investigación. De no solventarse este problema, los presupuestos asignados a los proyectos se irán mermando en cuantía cada vez más.
La AEI sabe que cuenta colaboración con la colaboración de la ASEICA para conseguir un sistema más ágil, racional y competitivo de nuestro sistema de I+D+i. Estamos aquí para cualquier tipo de ayuda que necesite para solventar los problemas que hemos apuntado. Los científicos y, sobre todo, los pacientes con cáncer, se lo merecen. No olvidemos que, al final del camino, más y mejor ciencia significa mejores diagnósticos y terapias.
Dr. Xosé R. Bustelo
Presidente ASEICA