- La capacidad actual de adquirir conocimientos y el desarrollo tecnológico nos tiene que catapultar al sueño por todos deseados, vencer el cáncer. Pero para conseguir ese sueño necesitamos talento y esfuerzo de los profesionales y una colaboración de la sociedad civil con pasión por la vida”.
Rafael López López
Jefe del Servicio de Oncología Médica del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago. Lidera el Grupo de Oncología Médica Traslacional del Instituto de Investigación Sanitaria de Compostela. Inventor de cuatro patentes y socio fundador de Nasasbiotech. Promovió la incorporación de la sociedad civil en su lucha contra el cáncer.
Hora tras hora, día tras día hasta 140 años compartiendo la realidad gallega, desde la ciencia a la cultura, desde los deportes a los actos sociales, desde las alegrías a las desgracias, pasando por la política de aquí y de allá. No cabe más satisfacción para los herederos y más orgullo para la sociedad civil. Con esta felicitación saco mi pluma para contribuir humildemente a narrar la evolución de la oncología durante todos estos años. Hora a hora, paso a paso desde la oscuridad a la esperanza. Hace 140 años el cáncer era mortal y era sinónimo de sufrimiento; como ejemplo, en 1878 se publicaron los primeros trabajos de cirugía en cáncer de mama con supervivencias del 10 % a los tres años. Desde entonces y sobre todo en los últimos años la situación ha cambiado de forma radical y exponencial. Actualmente ya se están superando el 90 % de curaciones a los 10 años en el mismo tumor, en el cáncer de mama. Hace 100 años, no se curaba ningun PERO LA BATALLA NO LA PODEMOS DAR POR CONCLUIDA, nos falta mucho camino por recorrer. El éxito en el control local con las tres herramientas (cirugía, radioterapia y quimioterapia), la mejoría en la calidad de vida y devolver los supervivientes a la sociedad, se tiene que continuar con vencer la enfermedad metastásica, la gran asignatura pendiente. Durante este siglo y medio de vida del correo, pasamos de no tener cirugía a grandes mutilaciones, y finalmente, a cirugías casi invisibles con mínimo daño y que permiten una rápida reincorporación de los pacientes a su vida previa. Lo mismo ha evolucionado la radioterapia, con sistemas actuales muy precisos, minimizando la toxicidad, más propios de
la guerra de las galaxias que de una sala de hospital. Idéntica situación vivimos con la quimioterapia, la más joven de las tres estrategias terapéuticas, que nació después de la Segunda Guerra Mundial. Un ejemplo de su evolución es que hace 25 años una de nuestras preocupaciones eran los vómitos, prácticamente insoportables que incluso causaban que algunos pacientes abandonaran los tratamientos. Hoy en día es impensable, y así ha sucedido con otros efectos tóxicos que han desparecido, pero sobre todo, destaca su mayor eficacia.
TENGO QUE VOLVER 140 AÑOS ATRÁS, a la época de Sir Charles Darwin, uno de los padres de la biología actual que explicó esa gran maravilla que es la diversidad, con la preservación de las especies preferidas en la lucha por la vida. Claro que existen algunos fallos en esta evolución: el mayor a día de hoy es tener cáncer. Si no tuviésemos capacidad de evolucionar y de adaptarnos no tendríamos cáncer, aunque no seríamos nosotros. Es el peaje que tenemos que pagar pero, afortunadamente, ya empezamos a entenderlo, el cáncer es nuestro y tenemos que bloquearlo y anularlo con sus mismas armas aprovechándose de su evolución y adaptación. Esto se logra con investigación, investigación básica e investigación clínica y el puente entre las dos, la investigación traslacional. La capacidad actual de adquirir conocimientos y el desarrollo tecnológico nos tiene que catapultar al sueño por todos deseados, vencer el cáncer. Pero para conseguir ese sueño necesitamos talento y esfuerzo de los profesionales y una colaboración de la sociedad civil con financiación, formación, y sobre todo, pasión por la vida. Esa es la pasión que nos trasmitirá EL CORREO GALLEGO hora tras hora, día tras día, en los próximos 140 años.