La ASEICA y la Asociación Española Contra el Cáncer nos hemos reunido el 14 de noviembre con el Ministro de Ciencia, Innovación y Universidades y con representantes del Instituto de Salud Carlos III y de la Secretaría General de Coordinación de Política Científica para trasladarle nuestra visión sobre el estado de la investigación en nuestro país.
Por un lado, en dicha reunión explicamos la necesidad de alinear la investigación en cáncer de nuestro país con la próxima Misión Cáncer del Horizonte Europa. También propusimos crear una mesa de trabajo compuesta por todos los actores asociados con la investigación en cáncer (asociaciones científicas y de pacientes, representantes del sector de I+D+i, sector hospitalario, etc.) dirigida a establecer unas líneas de actuación prioritarias para afrontar retos pendientes de los pacientes de cáncer a nivel de diagnóstico, tratamiento, curación a largo plazo y calidad de vida tanto durante como tras el tratamiento. El objetivo final sería que, a través de una visión estratégica estable en el tiempo y la implementación de una financiación adecuada para poder implementarla, se pueda alcanzar el reto de llegar a tasas de supervivencia del 70% en los pacientes con cáncer durante la próxima década. Hay que recordar que, actualmente, dicha tasa está alrededor del 53%.
Desde ASEICA aprovechamos también esta ocasión para reiterar nuevamente las necesidades perentorias que tenemos todos los investigadores en cáncer de nuestro país tenemos en la actualidad debido a la falta crónica de financiación y, también, por la pérdida de fondos que se derivará de la mala planificación del calendario de solicitud y ejecución de proyectos que ha realizado la Agencia Estatal de Investigación recientemente. Baste recordar que, según dicha política, los investigadores que comiencen su proyecto de investigación el año que viene tendrán un agujero carente de financiación de más de cinco meses. A ver si, a fuerza de insistir y llevando a cabo otras acciones complementarias, podemos derribar esta muralla derivada exclusivamente de una política de pocas luces de la Agencia Estatal de Investigación.
Según dicha política, los investigadores que comiencen su proyecto de investigación el año que viene tendrán un agujero carente de financiación de más de cinco meses