Hablamos con Aleix Prat, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínic de Barcelona. Además, lidera el grupo de investigación Genómica traslacional del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer. También es presidente del Grupo SOLTI y ha recibido múltiples premios durante su carrera, entre ellos, el ASEICA Young Investigator Award 2020 en la modalidad clínica como mejor investigador joven en cáncer.

Cuéntenos brevemente su trayectoria profesional y una frase con la que todos podamos entender el área de investigación en la que trabaja actualmente.

Me formé en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona. Al terminar, tenía muy claro que quería hacer oncología, sobre todo por la vertiente clínica, pero quería asociarlo con la investigación. Por tanto, hice la especialidad de oncología en el Hospital Vall d’Hebrón. Durante esta residencia me di cuenta de la necesidad de pasar tiempo en el laboratorio aprendiendo la investigación básica traslacional, motivo por el cual en 2008 me fui a Estados Unidos a hacer un stage postdoctoral en la Universidad de Carolina del Norte con el profesor Charles M. Perou.

En 2012 volví a Barcelona y monté mi laboratorio en el Vall d’ Hebrón Instituto de Oncología (VHIO), donde empecé con una vertiente de análisis de muestras de pacientes con cáncer de mama y análisis genómicos. El laboratorio creció mucho y en 2014 me trasladé al Hospital Clínic de Barcelona como jefe de servicio de oncología médica de la parte del hospital, donde he continuado la misma línea de investigación traslacional, pero de forma mucho más transversal, no únicamente centrado en el cáncer de mama. También lo he compaginado con la vertiente docente ya que soy profesor titular de la Universidad de Barcelona y con la presidencia de SOLTI, un grupo académico sin ánimo de lucro que hace ensayos e investigación clínica a nivel internacional, por lo que tengo la suerte de combinar diversas vertientes: investigación clínica y traslacional, docencia, asistencia médica, gestión… Todo ello dentro de mi ámbito de trabajo: la oncología de precisión en cáncer.

 ¿Cómo surge su vocación por la investigación y el tratamiento a pacientes? ¿Y por qué en cáncer? ¿Se ha inspirado en alguien para ser oncólogo médico?

Mi principal motivación para estudiar medicina fue tener un buen conocimiento biológico de las enfermedades. Me fui dando cuenta de que quería atender pacientes, pero integrando la asistencia médica con una investigación traslacional. Pretendía tener las dos vertientes para poder tratar mejor a los pacientes, ofrecer un buen conocimiento biológico e investigar en el conocimiento de enfermedades, en este caso el cáncer de mama.

Mi referente ha sido José Baselga, a quién conocí en quinto de carrera, tras pasar un verano en el departamento de oncología de la clínica Mayo en Rochester. Ha sido mi mentor durante toda mi carrera hasta que me fui a Estados Unidos. Era un oncólogo con mucho conocimiento en investigación traslacional, que veía pacientes, tenía su laboratorio y hacía ensayos clínicos. Todo un referente.

“No avanzamos en la inversión pública y cada año vamos a peor”

ASEICA se está caracterizando por reivindicar soluciones de urgencia para un sistema científico español que está en riesgo debido, entre otras causas, a un déficit de inversión pública en I+D+i. ¿Comparte esta visión? ¿Qué mejoraría de la carrera científica?

Estoy totalmente de acuerdo. Desafortunadamente tenemos un país que no apuesta por la investigación. Si no hay una apuesta, que no solo incluya palabras, sino una dotación económica, es difícil encontrar un sistema de crecimiento y de carrera profesional en esta área. No avanzamos y cada año vamos a peor, hay mucha gente que ya se ha ido y esto puede ir a más si seguimos esta tendencia.

“La importancia de la investigación va calando en la sociedad, pero queda un mundo por recorrer”

 ¿Valora suficientemente la sociedad la figura del investigador? ¿Cree que el paciente o sus familiares son conscientes de los esfuerzos que se hacen cada día investigadores y oncólogos?

Quiero pensar que nuestra sociedad está evolucionando y cada vez le da más importancia. Este último año ha sido difícil por todas las dificultades y sufrimiento que ha habido, pero creo que se ha puesto de manifiesto la importancia de la investigación. Gracias a ella tenemos vacunas. De hecho, incluso ha habido gente que ha dado dinero para investigar contra el COVID.

Sin embargo, creo que los pacientes y familiares que están cercanos a médicos y al hospital sí que son conscientes del gran esfuerzo que se está haciendo en nuestro sistema sanitario y de toda la investigación que hay asociada ya que lo viven de primera mano. Pero lo importante es que más allá del paciente y familiares, este tema fluya en la sociedad. Creo que está calando poco a poco, pero queda un mundo por hacer.

Destáquenos un avance que le haya llamado la atención en el último año. Y un científico o equipo de investigadores.

Los datos que están saliendo del concepto biopsia líquida y las posibilidades que abre la biopsia líquida en el diagnóstico, en el tratamiento y en la prevención del cáncer son un game changer total en el campo. La biopsia líquida nos va a cambiar la forma de cómo identificamos el cáncer y cómo seguimos a los pacientes con cáncer. Esto cambia las reglas del juego.

“La biopsia líquida va a cambiar las reglas del juego en la detección y seguimiento del cáncer”

 

¿Qué mensaje lanzaría a los jóvenes investigadores que quieren dedicarse al área oncológica?

Que es un área de grandes oportunidades por la prevalencia e incidencia de esta enfermedad. Además, es un campo en el que, pese a las dificultades de financiación pública, existe mucha financiación privada. Creo que también es importante buscar dentro de la oncología los campos que pueden ser de futuro, como la biopsia líquida. En los próximos 20 años esta área va a ser un problema de salud muy importante por el aumento de la incidencia y la prevalencia, por lo que va a requerir de investigadores de muchos perfiles.

Una de las novedades en nuestra Sociedad es ASEICA Med, dirigida a oncólogos médicos. ¿Puede resumirnos en qué consiste?

Desde hace unos años ASEICA va incorporando cada vez más médicos, lo que es una muy buena señal. Hay una necesidad clarísima de que los médicos y oncólogos investiguen. ASEICA Med tiene una serie de iniciativas para que, por un lado, futuros oncólogos que se están formando estén en contacto con otros investigadores y puedan arrancar proyectos de investigación conjuntamente. También pretende hacer un lobby junto con otras sociedades para valorar y potenciar la carrera científica de los médicos. Ahora mismo la tienen que hacer fuera de su horario y parece un extra, que no está reconocido en nuestro sistema.

ASEICA es sitio de encuentro entre investigadores básicos, clínicos y traslacionales. ¿Qué les diría a los oncólogos que todavía no están en la Sociedad?

 Pues que se apunten, no para ser parte de otra sociedad más, sino con la voluntad de conocer la sociedad, de conocer los miembros, conocer las iniciativas y participar en ellas. Hay muchos tipos de colaboración, como el congreso anual, iniciativas formativas y foros donde pueden aportar mucho con los otros investigadores. Por lo tanto, animar a que vean ASEICA como una forma de acercarse más al investigador básico, traslacional donde al final su colaboración con ellos va a dar muchas más sinergias que ir por su cuenta. El oncólogo, aunque sea científico, llega donde llega, por lo que tiene que hacerlo en colaboración con otros expertos y ASEICA le va a ofrecer ese paraguas para poder llevar esas colaboraciones.

 Dentro de 10 años, ¿Dónde cree que estaremos en la carrera frente al cáncer? ¿Cómo vivirá un paciente la enfermedad en la próxima década?

Creo que habremos avanzado mucho, está claro que la enfermedad seguirá siendo un gran problema de salud, pero creo que habremos dado un paso adelante desde un punto de vista de detección precoz y de mejoras, sobre todo en la supervivencia de los pacientes. En diez años veremos, por un lado, que la enfermedad precoz la curamos más, pero sobre todo que la curamos mejor, con menos efectos secundarios. Donde hoy en día no curamos creo que empezaremos a ver en diez años que hay subgrupos de pacientes que llegamos a cronificar o llegamos incluso potencialmente a curar a pacientes con cánceres avanzados.